Monday, May 17, 2010

 

Novela


Título: OTRO DÍA EN EL PARAÍSO
Autor: LEO COYOTE
Editorial: ALMUZARA (2010)

Esta novela es una tragedia moderna. Es prosa en estado puro y Leo Coyote ofrece a sus lectores una experiencia estimulante que se lee de un tirón desde la primera hasta la última página a la que se llega sin aliento. El lenguaje es la jerga de las calles de Barcelona, el escenario favorito del autor. Es una historia violenta rebajada por un humor cínico y desesperanzado. Una trama policíaca llena de trampas quizás solo explicadas por la Teoría del Caos.

Pulpo García, escribe novelas de quiosco (pulps) vive de la forma que le gusta y procura no complicarse la vida. Un día se ve relacionado con una prostituta a la que llaman Vanesa Paraíso y su ordenada vida empieza a disolverse convirtiéndose en un galimatías en el que les es muy difícil desenvolverse. Las cosas se complican mucho cuando aparece una extraña secta religiosa, los singulares amigos del Pulpo se ponen muy nerviosos, una atractiva policía no se separa de él y...

Barcelona, más actual que nunca, contempla las azarosas vidas de todos estos personajes, actuando sobre ellos con el color de sus calles, con el ruido que no cesa, con las multitudes de personas que se mueven por su superficie, con sus edificios entre lo rabiosamente moderno y la belleza de lo antiguo. La ciudad vuelve a ser, una vez más, otro personaje de la historia.

Tuesday, January 13, 2009

 

NUEVO

Me he cambiado de dirección, mi nuevo blog se aloja en:

http://leocoyote.wordpress.com

Sunday, March 30, 2008

 

LA CLAVE DE LAS COSAS

El viernes estuve en el Ideal Bar. Manel, el barman, nada más verme entrar se me acerco con una sonrisa en la boca.
-A ti te estaba esperando –me dijo con la risa, imperturbable, en los labios.
-¿Y eso?
-Es que hace días que tengo un recorte de periódico para darte. Pero hoy resulta que me lo he olvidado en casa…
-Pues sí que vamos bien ¿no?
-Pero es igual, te lo explico yo directamente… El caso es que hace un año, más o menos, a un empleado de McDonal`s le tocó en la primitiva un millón y medio de euros.
-Pues muy bien… a vivir.
-Calla, calla. Resulta que el tío ha vuelto a trabajar al McDonal`s otra vez…
-¿Qué pasa, ya se ha gastado la pasta?
-Que va, que se aburría, el gilipolla, ¿y no se le ha ocurrido otra cosa que volver a trabajar?
-Mira Manel ponme un martini porque a mí es que me va a dar algo. Mira es que estas cosas deberían estar penadas… no sé, veinte años de cárcel o algo así.
El sábado después del desayuno con los colegas me fui al FNAC con Rafa, a ver si encontrábamos un libro que necesitaba. Fuimos al de la plaza Cataluña, que estaba atestado de gente. Mientras nos entreteníamos en la búsqueda que al final resultó inútil estuvimos comentando el nombramiento, como catalán del año, de Pascual Maragall.
-Oye Rafa, ¿pero esos premios quien los otorga?
-Creo que la gente, llaman por teléfono…
-Pues estamos apañados, tío. Es que yo no puedo comprender que se le otorguen tantas distinciones a un personaje como ese. Es que, este es un señor que se cree con derecho a todo solo por el hecho de haber nacido en casa bien, burgueses de dinero y nombre, ya sabes. Él y su mujer actuaron como dos absolutos desagradecidos dándose de baja de un partido que hizo que fuera varias veces alcalde de Barcelona y, finalmente, nefasto presidente de la Generalitat de Cataluña, cuando el PSC, harto de sus desmanes, le obligó a dejar la poltrona. Y a pesar de eso parece que nos haya salvado a todos del diluvio…
-¿Qué quieres? Así es la vida. De todas formas a alguien se lo tenían que dar.
-Ya pero había más gente ¿no? Oye que si nos ponemos así yo hubiera votado por la perrita Miky esa…
-¿Y esa quién es?
-Pues el chucho ese que sale por la tele, que sabe sumar y los meses del año…
-A ver, a ver, ¿cómo va eso?
-Pues nada hombre, te explico: A la perra le ponen un suma, por ejemplo, dos más dos y ella ladra cuatro veces, le dicen marzo y la Miky ladra tres veces, también le ponen varios números en una pizarra escritos en diferentes colores y le dicen el color y ella ladra el número de veces que corresponde a esa cifra. Después el dueño le da una galleta en forma de hueso y listo… Oye tú, que es impresionante la perra esa, y guapa que es, también.
-Mira Leo, no seas ingenuo, para entender eso hay que ponerse en el lugar del animal. ¿Tú te crees que a ella le importa algo que mes del año le digan o cuanto son cinco y dos?
-Hombre pues estoy seguro que no.
-Pues ahí estamos. Ella solo se quiere ganar la galleta y el dueño chupar una pasta hiendo a las televisiones.
-¿Y entonces cómo lo hace?
-Esas cosas siempre son sencillas. El dueño solo le enseña dos claves: Una para que empiece a ladrar y la otra para que se calle, de esa manera todos consiguen su objetivo.
-¡Pues claro! Que burro soy. Es evidente; a un gesto de la mano, por ejemplo, empieza a ladrar y con otro gesto se calla…
-Ahí está, lo has comprendido. A la perra solo le interesa la galleta.
Cuando nos separamos estoy un poco aturdido, no entiendo cómo se me escapan cosas tan sencillas como esa. Quizás ni el camarero del McDonal`s ni los que han votado a Maragall estén tan equivocados, quizás conocen alguna clave que yo ignoro.

Monday, March 24, 2008

 

LIBROS Y VIAJES

El otro día alguien me explico que unos tipos estaban haciendo un recorrido por la Alcarria siguiendo los mismos pasos que C. J. Cela dio para escribir su legendario libro de viajes: “Viaje a la Alcarria”. Como guía, supongo, llevaran la edición de Austral, que pasa por ser la más completa. Claro que estos nuevos viajeros seguro que echaran en falta los personajes que pueblan el libro y las extraordinarias y, a veces, surrealistas conversaciones que mantienen con el autor. Cela, muchos años después, también volvió hacer el camino pero ya no como un vagabundo sinó como una suerte de burgués capitalista que viajaba en un Rolls Royce conducido por una choferesa negra. El planteamiento es como mínimo y, despreciando otras críticas menos evidentes: racista, misógino y pueblerino. Que le vamos hacer, segundas partes nunca fueron buenas. La primera es extraordinaria y muy recomendable.
Cesare Fiumi, el día que cumplía cuarenta años, inicio un viaje por Estados Unidos, recorriendo las mismas Carreteras que Kerouac en su novela “En el camino”. Aquel año (1997) también la obra cumplía cuarenta años de su publicación. Lo cuenta en su libro: “Otra vez en la carretera”.
El escritor y viajero inglés William Dalrymple, fue tras la senda de Marco Polo en un recorrido de miles de kilómetros a través de Asia que, probablemente, no se había hecho nunca más desde Polo. Hay que tener en cuenta que desde Venecia a Xanadú, el antiguo palacio de Kublai Kan en la estepa de Mongolia, el viajero veneciano pasó por sitios como: Irán, Afganistán, Pakistán… lugares que han estado en conflicto permanente y que son poco recomendables para el turismo y el viaje. El escritor inglés siguió la senda del veneciano con la única guía de los de viajes de Marco Polo: “Libro de las cosas maravillosas del Oriente” y que, él, explicó en su obra: “Tras los pasos de Marco Polo”
El, injustamente, muy olvidado escritor valenciano Vicente Blasco Ibáñez, inicio una vuelta al mundo en 1923, en la que empleó seis meses y que describió maravillosamente bien en su libro: “La vuelta al mundo de un novelista”.
Para mí el viaje más literario y el más soñado es el que hizo el frio y metódico gentleman inglés Phileas Fogg alrededor del mundo en 80 días, tal y como lo describió Julio Verne en su novela. Ya sabéis, partió desde Londres, desde la sede del Reform Club situado en el número 104 de la calle Pall Mall al que se dirigía cada mañana caminando desde su residencia en Saville Row para leer el Morning Chonicle y jugar al whist. El periodista Manuel Leguineche lo hizo siguiendo los pasos y utilizando los mismos transportes que Fogg, es decir viajando por tierra y mar únicamente, aunque en la película (la de David Niven y Cantinflas) hacían una pequeña concesión a otra de las novelas de Verne: “Cinco semanas en globo” y cogen uno que les llevaba a una España muy made en Hollywood. Bien, Leguineche, lamentablemente, falló en su intento y titulo su libro: “La vuelta al mundo en 81 días” que fue lo que tardo.
Si tuviera que escoger cual hacer, no tendría ninguna duda, sería este último; quizás con la secreta esperanza de salvar a una princesa hindú y de ganar, al final del viaje, todo el dinero de la apuesta. Pero creo que por el momento me quedaré con una hazaña más sencilla, quizás también más entrañable. Ha caído en mis manos una preciosa edición del libro de viajes de C. J. Cela: “Del Miño al Bidasoa”. La edición es la tercera de 1961, la de la editorial Noguer con unos extraordinarios dibujos de Pedro Bueno. La leeré atentamente y miraré de conseguir algún compañero de viaje para hacer el camino más llevadero.

Friday, March 14, 2008

 

VUELVE EL MAESTRO

Esta semana he estado toda la semana en la Feria Alimentaria de Barcelona, es francamente muy cansado pero bueno solo es cada dos años y eso es soportable, además, este vez he tenido la fortuna de ver al Maestro prácticamente cada día. Se tomaba su copita de cava conmigo y me ilustraba sobre sus saberes, que son muchos. Apareció el lunes por la tarde con su traje de ralla diplomática, también llevaba una camisa de rallas y una corbata de rallas, el Maestro iba rallado todo él.
-Mis saludos Maestro, que duro es esto ¿verdad?
-¿Duro? Esto que va a ser duro. Tú que eres un flojo, si es que ahora no valéis pa na, leche.
-Bueno Maestro, lo vamos intentando hombre.
-Afijate en mí, en el 59 estaba yo en Sidi Ifni. Aquello sí que era duro. Oye, que nos daban vino mezclado con pólvora…
-¿Cómo vino con pólvora?
-Para que aguantáramos. Pero aquello nos volvía locos, con nada que te tomaras te ponías majaron perdido. Allí fue donde perdimos la 2ª Bandera de Paracaidistas, eran de Alcantarilla en Murcia.
-¿Pero cómo perdido, es qué las banderas se pierden?
-Pues claro. El ejército es lo que tiene, se pierde la bandera y se ha perdido. Oye y que ahí no hay más tu tía. Sí es que tú no entiendes nada de eso… No ves que yo soy hijo de militar, mi padre era coronel. Bueno, y yo me licencie de capitán ¿Tú qué te crees? Ahora que cuando lo del Sahara solo era alférez.
-Jo, Maestro, es que me tiene usted alucinado, que cada vez tiene más oficios.
-Pero afuera parte de lo del ejercito yo lo que soy de verdad, de verdad es torero.
-Ya, ya, ya, pero… ¿Oiga y usted entró en combate ahí en África?
-¿Qué si entré en combate? Pues claro, para eso nos daban el vino con pólvora. Lo que yo no sé si mataría a alguno o no.
-¡A no!
-No. Yo estaba reescondido y cuando me parecía a mí me levantaba y echaba una ráfaga y a luego otra vez al agujero, total que yo que se… Bueno tú que me voy, que yo también tengo trabajo.
El Maestro se marcho con ese andar danzarín que uno les atribuye a los toreros, como si en algún momento fueran capaces de levitar.
Un día que estábamos el Maestro y yo, en uno de los escasos momentos de relax que nos permitían nuestras obligaciones, sentados tomando una copa; vino a saludarme una de mis clientas más antiguas. Una sesentona soltera y parlanchina que me dio dos besos y acto seguido pidió disculpas al maestro por habernos interrumpido.
-Las mujeres guapas y elegantes como usted, nunca molestan –contestó el Maestro elevando su mano derecha en un gesto antiguo y teatral.
-¡Hay! Muchas gracias señor.
-Señora, todas las gracias las tiene usted –volvió a contestar el Maestro extendiendo ambos brazos con el consiguiente peligro de que se derramara la copa de cava que sostenía en la mano izquierda.
-Es que ya no quedan hombres galantes como usted, bueno y… guapos –le dijo mi clienta en un arrebato mientras lo miraba a través de sus gafas redondas que aumentan el tamaño de sus ojos, desmesuradamente abiertos en aquel momento.
-Me tiene a sus pies señora. Estoy en el pabellón de enfrente véngame a verme cuando quiera.
La mujer le dio las gracias y se fue bastante azorada. El Maestro espero a que se distanciara y me espetó con el rostro serio y la vista puesta en el infinito:
-Hay que ver que clase tengo.
La tarde del día siguiente volvió aparecer mi clienta. No llevaba gafas y se había pintado el contorno de los ojos de azul violeta.
-Oye, ¿aquel señor donde lo puedo encontrar? –Me dijo acercándome la boca al oído y gastando una ínfima parte de su voz en ello.
Le di las indicaciones precisas y la contemplé marcharse encima de unos tacones poco indicados para una caminata. “Hay Maestro, ya veremos cómo toreas esto. Como no seas hábil y le hagas una larga cambiada te veo jodido amigo, o quizás fuera mejor utilizar el gerundio para este momento”.

Friday, March 07, 2008

 

PARTE DE BAJAS

El Hoyos se repantingaba en su silla estirando las piernas en todas las direcciones posibles con los pulgares metidos entre el cinturón y el pantalón. El pelo negro y ya muy deslucido por las canas le caía sobre los hombros en guedejas parejas, solidas y algo viscosas.
-Pues sí, chico sí, como te cuento… El pobre Pollo las ha pateado. Es que reventó, el hombre. Claro, que la noche anterior se había bebido todas las existencias del bar del Chacho, ¿Tú te acuerdas del Chacho?
-Pues no, ahora no caigo, no.
-Pero como no te vas acordar del Chacho… Pero si ese era de tu época.
-Pues es que ahora no caigo, la verdad.
-Sí, coño sí. Era uno que había trabajado en la SEAT. Lo echaron y el julai, con el dinero que le aforaron, se monto un negocio con el Cifras, ya sabes aquel que había ido a la universidad y sabía el tío tela de números.
-Ya, el Cifras.
-Ese, ves como si que te acuerdas. Pues bueno, el Chacho y el Cifras se montaron el chiringuito ese del “chocolate”, “la maría”, “el costo”… tú ya sabes…
-¿Pero no era un bar lo que tenían?
-No hombre, no. Eso fue luego, cuando salieron del talego… Bueno cuando salió el Chacho porque el Cifras la palmo dentro.
-Pues vaya.
-Sí, ya ves. Fue en una pelea, le clavaron un pincho en el pescuezo, aquí –dijo el Hoyos apuntando con su dedo índice a una parte muy concreta de su cuello.
Estábamos en el Bar Amigó, sentados en una mesa al lado de uno de los ventanales. En aquel momento la calle estaba desierta y una ligera llovizna empezó a caer encima de la acera gris y seca que se troco rápidamente en negra y húmeda mientras, el Hoyos, seguía dándome noticias de los viejos tiempos.
-El que también la ha palmado es el Juanico, pero ese de cáncer…
La puerta se abrió y entró una chica rubia, alta y delgada con los pantalones tejanos muy ajustados al cuerpo, presionándole las nalgas hasta hacerlas evidentes. Pasó por nuestro lado y expandió por el aire un perfume dulce y pegajoso… era olor de las tías buenas. El Hoyos no se fijó en ella, quizás no le interesaba, quizás esta demasiado lejos de su existencia para poderla ver.
-… el Nino, ese la palmó de una sobredosis…
La lluvia había cesado y el pavimento estaba recuperando su color original. Mis ojos se dirigieron hacía una esquina de la mesa en la que había un periódico doblado por la mitad. La noticia solo ocupaba un pequeño recuadro: “Bill Gates baja al tercer puesto en la lista de los más ricos del mundo”
-Que quieres que te cuente Coyote, que la vida es una mierda… pero si eso ya lo sabes tú…
-Sí, Hoyos ya lo sé… si solo hay que fijarse en el pobre de Bill Gates…
-Sí, ya ves; que todo son desgracias, tío… Bueno si quieres nos piramos de aquí, ahora ya no va a llover más, y te voy a convidar yo a unas anchoas con vermut en un chiringuito que me conozco que la vas a flipar, nene.
Salimos a la calle y caminamos despacio en dirección a las Ramblas antes de cruzar el semáforo le dije al Hoyos que me esperara, que tenía que volver al bar. Entré deprisa, casi se podría decir que de forma violenta. Me acerque a la mesa donde la chica rubia y guapa se tomaba su café con leche y fumaba un cigarrillo rubio con gesto indolente. Cuando estaba a punto de abrir la boca me di cuenta que, quizás, también estaba demasiado lejos de mi existencia. Me volví a la calle donde me esperaba el Hoyos agarrado al semáforo con los ojos entornados y algo achispados.

Saturday, March 01, 2008

 

DE ESCRITORES Y NIÑAS

El miércoles pasado tuve la oportunidad de estar con Michael Connelly, sin duda uno de los grandes de la literatura policíaca mundial. Quedé gratamente sorprendido de lo extraordinariamente amable y cercano que es. Al final uno llega a la conclusión de que solo los grandes artistas, escritor en este caso, tienen la humildad necesaria para no parecerlo. Siempre he pensado que es mejor no conocer a la persona a la que admiras, precisamente para seguir admirándola. Pasa con todos: los actores, los pintores, los escritores, sobre todo con los escritores. Estos pasan muchas horas delante del papel o de la pantalla del ordenador a solas consigo mismo y eso debe ser malo para el ego. Dependiendo de la fama y del éxito que tengan, se convierten en personajes fatuos y egocéntricos que después de su segundo éxito en ventas o en criticas se creen que son Shakespeare. Estoy exagerando, es evidente, no todos son así, lo cierto es que quizás sean la minoría pero siempre son los que más se recuerdan. Por eso a uno le satisface mucho encontrar a gente como Connelly escritor millonario en ventas, supongo que también en dólares y que continua siendo el que probablemente siempre fue. Le hice, a su editora española, un comentario en ese sentido y me contesto muy sería.
-Es muy disciplinado, estos americanos son muy disciplinados.
Y, hablando de literatura, estoy deseando que llegue el lunes para poder seguir el cuento de la niña de Rajoy. La literatura oral siempre ha tenido mucha tradición en España. Yo, que queréis que os diga, estoy enganchado a la historia de la niña cursi esa; supongo que esta vez será cuando le compre el bonobús para que pueda ir al cole y todo eso. Seria fantástico que también nos explicara algo de su primo, el científico. Yo me lo imagino con la estética del profesor Tornasol, gran personaje. Bueno, como el propio señor Mariano, también un gran personaje. No sé, pero si gana las elecciones y cunde el ejemplo Sarkozy lo mismo lo vemos rescatando pastorcillas en Burgos y ennoviado con la Chenoa, por ejemplo. Que días de gloria y risas nos esperan.Foto de Connelly en: www.fotolog.com/leocoyote1

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