Sunday, October 21, 2007

 

ALGUNOS PLACERES

Orson Welles era un empedernido consumidor de habanos. Él decía que la única razón por la que se dedicaba al cine era para poder seguir fumando puros. Hoy es muy arriesgado referirse al tabaco como placer, siempre te sale algún guardián de la salud ajena con una diatriba que te condena a los más horrorosos de los sufrimientos con la sola mención de la palabra. Poco a poco te van dejando sin vicios, intentan someterte a dietas diabólicas que mejoran tu salud y te harán vivir más años que, depende cómo, dices: ¿hasta para qué? vas ha vivir tantos años si no puedes hacer nada de lo que te gusta. El alcohol, de habito más o menos tolerado, ha pasado a ser una droga dura y extremadamente peligrosa. El sexo nos acarreara todo tipo de enfermedades y desgracias. Al final tan solo nos podremos dar a los placeres y los vicios que al “papa” estado más le convengan, que algo de eso hay en todas los intentos de prohibir y modificar nuestra conducta en cualquiera de las cosas que nos complacen.
La verdad es que me ha salido una introducción muy larga y demasiado combativa cuando lo único que quería era hablar de una película y de un libro que me han producido un delicioso y fugaz placer. La película es: “Un plan brillante”. Es de esas de las que sales del cine contento de haber pagado la entrada, que te explican una historia coherente, bien estructurada y sin pretensiones ulteriores. Demi Moore está guapa y enigmática en su papel de ejecutiva frustrada en un mundo de hombres y Michael Caine, inmenso como casi siempre, interpretando un personaje, Sr. Hobbs, difícil y agradecido de humilde limpiador en una gran compañía de diamantes a la que intentan robar. Algún critico idiota, no recuerdo su nombre, dijo de ella que era una película que pertenecía al subgénero de las de “robos y atracos”. No hay géneros ni subgéneros, solo son buenas o malas, nada más.El libro es: “La pesca de salmón en Yemen” de Paul Torday publicado por la editorial Salamandra. Torday ha creado una extraordinaria, divertida y sutil fábula partiendo de una premisa surrealista y absurda como es la posibilidad de pescar salmones en las montañas del Yemen. Escrita de una forma muy original, está estructurada como si fuera un dossier en el que, el autor, va introduciendo trozos de la vida de los personajes, consiguió divertirme, emocionarme y atraparme desde la primera pagina a la última en la que deseas que no se acabe. El autor, que tiene sesenta años, es la primera novela que ha escrito, al menos la primera que ha publicado, y vive en Escocia dedicado a la pesca del salmón. Toda una leyenda, espero.

Saturday, October 13, 2007

 

CARTA PARA MARIANO RAJOY

Señor Mariano:
Le he visto estos días en un video en el que sale usted hablando sobre la bandera y la patria. Oiga, créame, me ha impresionado: que gesto que empaque, que apostura, que solemnidad. Por un momento pensé que era el presidente del gobierno dando algún mensaje importante. Claro que usted estuvo a punto de serlo y a veces es difícil asimilar que lo que con toda seguridad tenía que pasar, no pasó. A mí también me sucede, no se crea. Ahora que viendo el decorado en el que hablaba (los libros, la bandera, una foto de familia) también me recordó al Rey, ya sabe usted: “La Reina y yo...” y todo ese rollo. Aunque para ser rey quizás lo tenga usted más difícil, por mucho que algún líder mediático, poco recomendable, se lo insinúe.
También recuerdo que hace unas semanas tuvo usted otra presencia televisiva muy sonada: Aquella en la que nos decía que solo debiera gobernar el partido que sacara más del treinta por ciento de los votos, con lo cual si nadie sacaba esa proporción, lógicamente, tendríamos que cerrar el país y marcharnos a otro. Bueno, quizás no fuera tan mala cosa.
Creo, señor Mariano, que debería usted reflexionar sobre quienes están a su lado, esos que se llaman sus amigos y que son los que le aconsejan hacer todos esos desmanes, que usted ejecuta. Deben ser esos mismos los que le indican que se tiña el pelo, creando en su rostro esa confusión de color entre la barba y la cabeza de lógica imposible. Señor Mariano esos no son sus amigos, esos solo quieren heredar su asiento.
Yo, para que vamos a engañarnos, jamás le votaré pero soy gallego, emigrante como usted, usted en Madrid y yo en Barcelona, y no me gusta verlo metido en esas situaciones tan ridículas. Me he querido olvidar de la máxima que dice: si el enemigo se equivoca no lo distraigas; y le he escrito esta carta por si le sirve de algo... ya sabe usted, el paisanaje y la morriña, lo de los gallegos.En cuanto al tema de las banderas... no me gustan, solo provocan guerras, odios y sufrimiento. Tampoco me siento muy vinculado a ninguna patria sea esta grande o pequeña. Y tengo un profundo desprecio por los salva-patrias, solo pretenden salvarse ellos y su economía.

Sunday, October 07, 2007

 

MENTIRAS, MEDALLAS Y POLÍTICOS

A Vittorio Emanuel II se le atribuye la siguiente frase: “No se le puede negar a nadie ni una medalla ni un cigarro”. He pensado mucho en ella desde que me he enterado de que hace unos días al Sr. Pascual Maragall le habían dado una medalla de oro, la de la Generalitat de Catalunya para ser más exactos. Teniendo en cuenta que ha sido, según mi criterio, el peor presidente que ha tenido esta institución y, la verdad, no me apetece nada enumerar la lista de despropósitos en los que me baso para emitir este juicio. ¿Qué meritos han apreciado en él para tamaño honor? Siempre y cuando se pueda considerar un honor que te endiñen una medalla con la que después no sabes muy bien que hacer. También al Sr. Aznar le dieron una medalla en el congreso de EE.UU. ¡Vaya tela! Aunque en ese caso creo que los meritos estaban justificados por su “amor” sin fisuras por el presidente Bush. A mi muy querida M. las autoridades de su pueblo, en un acto muy solemne, le entregaron dos medallas por sus meritos deportivos. Nunca se las he visto colgadas del cuello, de hecho nunca más las he vuelto a ver por ningún sitio. Durante todos estos días, desde lo de Maragall, he prestado mucha atención al tema de las medallas; y me he dado cuenta que, con la cantidad que se entregan, tiene que ser un negocio extraordinario montar un taller o una fabrica para producirlas. Ni que decir tiene que yo también quiero una, por supuesto de oro, y otra para Tania E. Head, ya saben la chica que hasta hace unos días era la presidenta de La Red de Supervivientes del World Trade Center y que trabajaba para Merrill Lynch en el piso 78 de la torre sur y que el fatídico día 11 de septiembre ella estaba allí. La valiente señorita Head también perdió a su novio, Dave, con el que se iba a casar, por supuesto de blanco (según ella misma ha manifestado en alguna de las múltiples entrevistas que ha concedido), cuando el segundo avión se estrelló contra la torre norte ante los ojos horrorizados de la enamorada Tania, que supo en ese momento que nunca más sería abrazada por los vigorosos brazos del hombre que amaba. También quiero pedir una medalla para los que durante todos estos años no se dieron cuenta de que esa señora ni había estado en las torres gemelas el 11 de septiembre ni trabajaba en Merrill Lynch (según ellos mismos han manifestado) ni tenía novio ni tan siquiera estaba en Nueva York cuando pasó todo aquello. Se llama Alicia Esteve Head es de Barcelona y lo que más le gusta de este mundo es mentir sobre su vida, probablemente bastante anodina y dotarla de las mayores glorias. Vaya para ella esa medalla o medallas, también sería conveniente dotarla de alguna banda para que la pudiera lucir encima de su ropa y de paso colgar todas las medallas a las que tiene derecho, en ella.

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